Y así es el hombre al despertar: la lluvia
moja sus pasos y, borrado el rastro,
queda desnudo en su heredad de arcilla,
disuelto ya en el cuerpo de la tierra.
Vendrán los pájaros a beber sus lágrimas
y a picar el cristal de su memoria
cuando ya sea pan su amor dormido
y murmullo de fuentes escondidas.
Ya desatadas de su vientre, lenguas
de lagarto darán luz a las plantas
y ya en sus manos las raíces frías
serán anillos y sus ojos, piedras.
Así es el hombre al despertar: cenizas
que el viento por las selvas disemina
y hormigas desgastando los cimientos
de muchas cosas que se creen eternas.
Y así es el hombre al despertar: colmenas
en donde un sol de oro se derrama
y aguas que en lo profundo lamen piedras.
Y por los ríos bajará cantando
el hombre al despertar, y por las selvas,
y por los vientres, hacia el mar insomne
en donde los despiertos se congregan.